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Periódico de Guinea Ecuatorial

6/12/20244 min read

Rusia ha estado intensificando sus lazos con países africanos en los últimos tiempos, suscribiendo recientemente un acuerdo militar con São Tomé e Príncipe, y con la posibilidad de renovar los vínculos con Guinea Bissau. Estas acciones han generado un debate sobre el papel de Rusia en África y su impacto en la seguridad mundial, así como en las relaciones diplomáticas regionales.

El acuerdo militar entre Rusia y São Tomé y Príncipe, firmado el 24 de abril, ha suscitado críticas por su aparente secreto y falta de transparencia. Jorge Bom Jesus, líder de la oposición en São Tomé, ha expresado su preocupación por la falta de comunicación del gobierno sobre los detalles del acuerdo, subrayando que la información se conoció como un hecho consumado a través de la prensa extranjera.

Según una fuente del gobierno de São Tomé, el acuerdo técnico militar con Rusia incluye entrenamiento, suministro de armas y equipo militar, así como visitas de aeronaves, buques de guerra y embarcaciones rusas al archipiélago. Esta colaboración militar plantea varias cuestiones sobre el impacto a corto, mediano y largo plazo de la influencia rusa en África.

La cuestión es que Rusia se está posicionando desde el punto de vista militar, comercial e industrial en el continente africano, sin nada ni nadie que se lo impida.

A corto plazo, la presencia militar rusa puede brindar beneficios tácticos y estratégicos a los países africanos receptores, como el fortalecimiento de capacidades militares y la protección de infraestructuras críticas. Sin embargo, la falta de transparencia y la dependencia de equipos militares extranjeros también pueden generar preocupaciones sobre la soberanía nacional y la influencia externa en la política interna.

SOLO VERDADES

A mediano plazo, la creciente presencia rusa en África podría alterar el equilibrio de poder en la región y desafiar el dominio tradicional de potencias occidentales. Esto podría llevar a una mayor competencia geopolítica y tensiones entre Rusia y otras potencias globales, lo que podría complicar aún más la estabilidad regional.

A largo plazo, la cooperación militar entre Rusia y los países africanos podría tener repercusiones económicas, políticas y sociales más amplias. Esto incluye posibles acuerdos comerciales y de inversión, así como influencia en la toma de decisiones a nivel regional e internacional. Sin embargo, también existe el riesgo de que esta colaboración alimente conflictos locales o regionales y socave los esfuerzos de desarrollo y paz en África.

Es crucial que los líderes africanos evalúen cuidadosamente los riesgos y beneficios de la cooperación con Rusia, asegurando que cualquier acuerdo beneficie verdaderamente a sus ciudadanos y contribuya a la estabilidad y prosperidad a largo plazo en el continente. Además, la transparencia y la participación pública son fundamentales para garantizar que los acuerdos militares sean transparentes y se alineen con los intereses nacionales y regionales de África.

Potenciales Conflictos con Otras Potencias Extranjeras

La creciente presencia de Rusia en África plantea la posibilidad de conflictos con otras potencias extranjeras, especialmente aquellas con intereses establecidos en la región. Entre estos actores destacan Estados Unidos, China y países europeos como Francia y Portugal.

En primer lugar, Estados Unidos ha expresado preocupaciones sobre la expansión militar rusa en África, viéndola como una amenaza potencial para sus propios intereses estratégicos en el continente. Esto podría intensificar las tensiones entre Rusia y Estados Unidos, exacerbando la competencia geopolítica y desestabilizando aún más la región.

Por otro lado, China, que ha aumentado significativamente su influencia en África en las últimas décadas a través de la diplomacia económica y la inversión en infraestructura, podría ver la presencia rusa como una intrusión en su esfera de influencia. Esto podría desencadenar rivalidades competitivas entre Rusia y China por la influencia en países africanos, especialmente en aquellos con recursos naturales y mercados emergentes.

Además, países europeos como Francia y Portugal, que históricamente han mantenido lazos coloniales y económicos con sus antiguas colonias africanas, podrían ver la expansión rusa como una amenaza para sus intereses en la región. Esto podría provocar tensiones diplomáticas y competitividad económica entre Rusia y las potencias europeas, especialmente en áreas como el comercio, la inversión y la cooperación en el desarrollo.

Los posibles conflictos con otras potencias extranjeras también podrían manifestarse en el ámbito regional, donde la rivalidad geopolítica podría exacerbar las tensiones existentes y alimentar conflictos locales o regionales. Esto podría complicar los esfuerzos de mediación y resolución de conflictos por parte de organizaciones regionales y globales, como la Unión Africana y las Naciones Unidas, y aumentar el riesgo de escalada de conflictos en África.

En este sentido, es crucial que los líderes africanos y la comunidad internacional trabajen en conjunto para gestionar de manera efectiva las tensiones y los conflictos potenciales relacionados con la creciente influencia de Rusia en África. Esto incluye el fomento del diálogo diplomático, la promoción de la cooperación multilateral y el fortalecimiento de mecanismos de resolución de conflictos para mantener la estabilidad y la paz en la región.